sábado, 3 de marzo de 2012

Protestas pacíficas

Gandhi demostró que el pacifismo es el mejor instrumento para alcanzar objetivos políticos importantes. Su filosofía de No-Violencia ha sido reproducida en muchos países en diversas situaciones y con resultados positivos. Un ejemplo fue en 2007 en Venezuela, cuando Chávez fue derrotado por primera vez en las urnas gracias al Movimiento Estudiantil organizado con el fin evitar una Reforma Constitucional altamente perjudicial para el país. No importa lo justa que sea una causa si los medios para promoverla alteran el orden público en detrimento de lo que precisamente se busca proteger: los bienes públicos, la autonomía universitaria, que no recorten en salud, educación, etc. Los estudiantes, histórica e injustamente llamados a defender la institucionalidad del país que sus padres no supieron administrar, tienen todo el derecho de hacerlo de forma pacífica y no por ello ineficiente. Cuando la validez de un sistema se cuestiona, la mejor manera de demostrar su fracaso es utilizar las herramientas que el mismo sistema otorga para perfeccionarlo. Los jóvenes deben organizarse. El caso venezolano en 2007 es un ejemplo. Los universitarios se organizaron mediante sus representantes y conformaron un parlamento estudiantil a nivel nacional del cual surgían resoluciones –moralmente- vinculantes para la dirección de las protestas a ejecutar en todo el país. Los principios fundamentales se consagraron en el uso de las estrategias de No-Violencia y la constancia, donde destacó la creatividad de los estudiantes de Comunicación Social para el manejo del discurso, el análisis jurídico de los estudiantes de Derecho, la redacción con ayuda del profesorado de recursos interpuestos ante la Defensoría del Pueblo o denuncias ante la Fiscalía, así como gestos como el de los estudiantes de Medicina al regalarle flores a los policías que días anteriores descargaban contra ellos. La Idea de Gandhi fue transformar al enemigo y neutralizarlo para conseguir un resultado a su favor. La proyección de los medios y la reacción de los gobiernos son infinitamente distintas cuando no hay excusas para disolver una manifestación. Cuando el Estado es quien se enfrenta a los jóvenes que canalizan su protesta de forma institucional, demuestran que hay un error en el sistema y que no están dispuestos a someterse a ello, ¿quién es el malo de la película?

eugeniabavaro@gmail.com Abog. Eugenia Bavaro. Barcelona, 03/03/2012.

2 comentarios:

Tía Laura dijo...

Me encanta el discurso y sobre todo lo acertado del momento en vista de los tiempos por venir en Venezuela donde se hace indispensable mantener un frente cívico, unido y democrático para hacer respetar una nación que busca ser libre y desea vivir en paz. Bien escrito!

David Rabadà i Vives dijo...

Cal animar a tota gent jove a organitzar-se en pro no de canviar el sistema sinó de millorar-lo.